La norma internacional mínima prevé la protección de los trabajadores en relaciones de empleo dependientes con un empleador y, como tal, exige que al menos el 50% de todos los empleados, incluidos sus cónyuges e hijos dependientes, estén cubiertos en caso de que sean víctimas de un accidente de trabajo. En las prácticas nacionales, los programas de protección de los trabajadores se han adaptado con frecuencia para proteger también a los trabajadores por cuenta propia contra los accidentes de trabajo.

En el marco del Convenio núm. 102 y de la rama de prestaciones por accidentes de trabajo, se presta asistencia médica con el objetivo de conservar, restablecer y mejorar la salud de las personas protegidas y su aptitud para trabajar y hacer frente a sus necesidades personales.

El Convenio núm. 102 requiere que, como mínimo, se presten los siguientes tipos de asistencia médica después de un accidente de trabajo: (a) la asistencia médica general y la ofrecida por especialistas, a personas hospitalizadas o no hospitalizadas, comprendidas las visitas a domicilio; la asistencia odontológica; la asistencia por enfermeras, a domicilio, en un hospital o en cualquier otra institución médica; el mantenimiento en un hospital, centro de convalecencia, sanatorio u otra institución médica; el suministro de material odontológico, farmacéutico, y cualquier otro material médico o quirúrgico; anteojos; la asistencia suministrada por miembros de otras profesiones reconocidas legalmente como conexas con la profesión médica, bajo la vigilancia de un médico o de un dentista.

Según el Convenio núm. 102, en caso de invalidez total permanente, la prestación debe representar al menos el 50% de los ingresos anteriores del asegurado.

Incluso si una enfermedad se produce después de varios años, si es el resultado del trabajo se considerará una lesión laboral.

De conformidad con el Convenio núm. 102, en caso de muerte del sostén de la familia, el cónyuge dependiente con dos hijos a cargo debe tener derecho a por lo menos el 40% de los ingresos anteriores de la persona fallecida, independientemente de la duración de su servicio.

El Convenio núm. 102 requiere que se revisen y ajusten las pensiones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales cuando se produzcan variaciones sensibles del nivel general de ganancias que resulten de variaciones, también sensibles, del costo de la vida.

La norma mínima internacional sobre seguridad social permite sustituir el pago periódico por un capital pagado de una sola vez cuando el grado de incapacidad sea mínimo o cuando las autoridades competentes garanticen que el capital será utilizado de manera razonable.

Las prestaciones por accidente de trabajo deben concederse incluso si el accidente o la enfermedad se producen el primer día de trabajo. En otras palabras, el acceso a las prestaciones por lesiones laborales no puede estar sujeto al cumplimiento de un período de calificación.